miércoles

FUEGUITOS

Somos fueguitos en clave Galeana,
efímeros destellos azules de lluvia y mar,
pequeñas esencias de luz absortas ante un amanecer.

Breves fueguitos habitando relojes
moribundos de un minutero enloquecido.
Escuetos destellos de una luz que tirita en la arena.

Buscadores de gritos desnudos
aguardando la palabra exacta
con la que tatuar el sol en pupilas ajenas.

Somos unas veces los fueguitos, otras las montañas.
El camino preciso para rozar los labios de la luna.
Moradores imperfectos, caminantes descalzos.

El prado verde, el desierto agreste.
Somos el abrigo indigente de la tierra.
Los desterrados hijos de un dios sin Olimpo ni gloria.

El famélico sin plato, la soledad uniformada de prisas,
una leve cadencia de carne apresurada
sujeta al asfalto amargo que nos pare cada mañana.

Somos la aurora de nuestro último día,
el alba emocionante del siguiente.
Un instante de locura y cordura.

Apenas el sencillo discurso de una lágrima,
el sonido redondo de una risa de viento.
Las maletas sin cerrar de un viajero despistado.

El traje de carne que desvestimos y vestimos
de madera y metal para tratar de desorientar
a este corazón de alquiler que se desgañita.

Somos el fin de este folio amarillo
en el que te / os / me escribo
sintiéndome ajeno y partícipe de esta explosión.

La memoria del agua - Toño Jerez

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estupendo poema, felicidades.
Besos.
Daniela/Bnos Aires