domingo

HERIDO

A mi hijo.

Sobre la tarde duerme una pupila;
de su gris placidez, se han desprendido
los colores, lo breves argumentos
de esta noche y su espada.

Es casi azul la urgencia de tu adiós.
como mediterránea la distancia
que muerde el corazón. No sé llorarte,
tu ausencia me amordaza.

La garganta silencia, narcotiza
el grito y su desgarro, los relojes
continúan el baile funerario,
la esquela del otoño.

Siento un plúmbeo batir de ciegas alas
y una insomne derrota.
LA MEMORIA DEL AGUA - 2008

4 comentarios:

nat dijo...

Comentar un poema tan bello, tan íntimo como este, puede ser hasta pecado.
Qué tal por esta vez un abrazo que en la distancia remplace las palabras.

Anónimo dijo...

Gracias por el abrazo amiga Natalia, un placer compartir contigo la poesía, aunque a veces duela como este poema.

Anónimo dijo...

Extraordinario poema repleto de sensibilidad, felicito a su autor.

Daniela/Buenos Aires.

Toño Jerez dijo...

Gracias por tu palabras Daniela, un placer compartir la poesía.
Toño.