Para Dani, Pub Papilio – Aguadulce
Vivimos en la cuarta cuerda de una Gibson SG. Donde Angus Young propone lujuria y desenfreno a un aire que se vicia en cada acorde.
Y es que, aún queda un sitio para recrearse enredados entre los trastes de Antonio Vega, para renunciar a las credenciales de posesión y ser el último de la fila en aquel concierto de 1982 en el que Miguel Ríos nos convirtió en algo más que seres eléctricos.
Y créanme si les digo que ya subimos al cielo junto a Page y Plant y ahora mientras conducimos hacia el infierno, no necesitamos nada. Si acaso, que no pare la música, que el ron siga siendo dulce y la noche nunca termine, por mucho que amanezca.